Al ignifugar una estructura metálica se deben considerar diferentes aspectos. Desde el acabado que se necesita, hasta el nivel de protección al fuego que se quiere alcanzar. Además, se debe evaluar la estructura para determinar cuál es el proceso más adecuado.
Esto se puede conseguir de diferentes maneras, pero el principio básico siempre es el mismo: Proteger la estructura metálica en caso de un incendio, retrasando la transferencia de calor y conservando la estructura por mucho más tiempo.
¿En qué consiste ignifugar una estructura metálica?
Ignifugar estructuras de hierro, acero y otro tipo de metales consiste en aplicar una protección contra incendios. Esta extiende el tiempo que la estructura puede estar expuesta al fuego, antes de que colapse.
En construcción, esto se conoce como protección pasiva contra incendios. Se realiza aplicando una serie de materiales ignífugos a los elementos estructurales metálicos.
Hay que tener en cuenta que ningún material o sistema de construcción es totalmente ignífugo. Todas las estructuras y componentes físicos tienen límites y pueden sufrir daños irreparables durante un incendio.
Por eso, es necesario entender que solo protege la estructura durante un período de tiempo determinado. Eso se traduce en que puede ayudar a salvar vidas y bienes materiales en el momento de un incidente.
¿Cómo ignifugar una estructura metálica?
Para ignifugar estructuras de acero y hierro se pueden usar diferentes materiales y métodos. Generalmente, estos sistemas siguen el mismo principio básico y utilizan productos para separar (o aislar) la estructura metálica del fuego. La ignifugación permite aislar y retrasar la transferencia de calor, protegiendo los materiales metálicos más tiempo.
Uno de los métodos más comunes de ignifugación de metales es rociar fibras de baja densidad o compuestos cementosos.
Estos compuestos se pueden aplicar húmedos o secos y en recubrimientos según el espesor deseado. Además, este proceso también se puede utilizar en madera, telas y otros materiales. Aunque los aerosoles son los más comunes, no son la única alternativa.
Para la ignifugación de estructuras metálicas también se pueden aplicar:
- Morteros ignífugos en base yeso, usando yeso, perlita y/o vermiculita.
- Morteros ignífugos en base cemento, usando lana de roca y cemento blanco.
- Paneles ignífugos.
- Pinturas intumescentes.
Independientemente de los métodos utilizados. Si la estructura es de acero o hierro, esta protección contra incendios es una forma eficaz de preservar la integridad estructural durante un incendio. Esto permite que las personas tengan la oportunidad de evacuar y ofrece a los bomberos la posibilidad de acceder a la estructura de forma mucho más segura.
Ignifugar estructuras de hierro
Uno de los métodos más utilizados en la ignifugación del hierro es la pintura intumescente. Este tipo de pintura es una medida pasiva en la prevención de incendios y funciona de una forma bastante particular. Al aumentar la temperatura, la pintura se hinchará de tal forma que, en las áreas en las que se ha usado, se vuelve una espuma que no arde.
Además, una de sus principales ventajas es que el calor no la funde ni la quita del elemento. De esta forma, se puede aislar con éxito la estructura, logrando que no se caliente con la rapidez que lo haría en su estado normal.
Ignifugar estructuras de acero
El procedimiento de ignifugación del acero más utilizado es la aplicación de materiales ignífugos aplicados por pulverización (o SFRM). Estos compuestos se producen con cemento, yeso, otros materiales como lana mineral.
Este material ignífugo se puede aplicar como un aerosol húmedo o seco. Incluso, puede usarse con llana hasta lograr el espesor adecuado para la estructura.
Generalmente, este método se usa para impermeabilizar vigas o columnas de acero. No obstante, no se recomienda su uso en superficies que tengan contacto directo y continuo con la humedad. Podrían desgastar el producto e interferir en su efectividad.
Por esta razón, no es el método más adecuado en áreas con alta humedad o donde hay ciclos de congelación y descongelación recurrentes.
Acabados y resistencias que necesitas para la ignifugación de estructuras metálicas
Se necesitan acabados y resistencias específicas para ignifugar estructuras de acero o hierro. En primer lugar, se debe considerar el tipo de acabado que se busca y la resistencia al fuego deseada.
- En zonas donde la estructura sea visible y necesite un acabado lo más cuidado posible, es recomendable usar pintura intumescente o los paneles ignífugos.
- La pintura intumescente es una buena alternativa para resistencias bajas al fuego. Con este método se conserva la forma sutil de las estructuras metálicas, pero el acabado se vuelve granuloso al aumentar el espesor.
- Por su parte, los paneles ignífugos son perfectos para resistencias al fuego más elevadas. No obstante, es un método un poco más caro y necesita de trabajos más complejos (según sea el caso).
- Si el aspecto no es tan importante y necesitas una mayor resistencia al fuego, lo más conveniente es usar morteros ignífugos. Además, pueden dar excelentes resultados desde el primer momento, ya que se pueden aplicar de forma rápida y ofrecen mayor resistencia.
¿Por qué debes ignifugar una estructura metálica?
En el momento de un incendio, las llamas no sólo hacen que cierto tipo de estructuras o materiales ardan. Además, cuando se trata de las estructuras metálicas, lo que ocurre es que llegan a temperaturas muy altas. En efecto, cuando una base metálica supera los 500 ºC, empieza a debilitarse, retorcerse o doblarse hasta colapsar.
De forma más específica, ignifugar estructura metálica te aportará las siguientes ventajas.
- En caso de un incendio, la construcción mantendrá su estabilidad estructural el tiempo suficiente para que los ocupantes del edificio tengan tiempo para evacuar.
- Se pueden realizar distintos procesos según el nivel de protección esperado y el presupuesto.
- Es una excelente inversión a largo plazo. Aumenta el valor del inmueble al estar parcialmente protegido contra incendios.
Por último, la ignifugación es un proceso que puede ayudar significativamente a salvar vidas y proteger bienes materiales cuando se produce una catástrofe. Sin duda alguna, es una excelente inversión en materia de seguridad. Eso sí, debe ser realizada por personal capacitado que garantice los mejores resultados.